Muñeco de trapo. Salgo a la calle y me voy a contracturar de nuevo. En el subte, apretados. Pienso, ¿qué tenía que hacer para que los músculos no se tensionen? Doblo las rodillas. No llego al pasamanos. Enderezo las rodillas. Saco la cadera. El de atrás mira con cara de apoyarme. Meto la cadera. Trato de nivelar los dos hombros aunque esté colgado del techo. Estoy tan cerca del piso que siempre tengo que estirar un montón el brazo para llegar a agarrarme. Ni ahí que puedo dejar los dos hombres al mismo nivel. ¿Da para un muñeco de trapo mientras hago combinación en Carlos Pellegrini? Un lugar. Me siento. Lectura de televisión. Fijar la mirada en un punto. Mentalmente repaso el texto. Bajo la cabeza. Pienso qué decir. Levanto la cabeza y clavo la mirada. A la quinta vez que lo hago, la minita que tengo enfrene me mira con cara de llamar al *31416. Bastantes problemas tuve con Pi durante geometría como para que ahora termine con un uniformado encima mío simplemente por subir y bajar la cabeza mientras repito “jabón-Ala”, “jabón-Ala”. ¿Por qué me miran con esas caras? Si hay montón de gente estudiando en el mismo vagón. Yo hago lo mismo. Estudiar nada más. Como cualquiera. Levanto un brazo y fono. Aaa-ooo-aaa. Uuu-iii-uuu. - “No agente, yo le puedo explicar. Sí, ya sé que por ahí le parece raro. No, no, ¡para nada! ¿Cómo me dice eso? Estaba estudiando. ¿Que por qué la miraba así a señorita? Es PIT. No, no, agentes. ¿Cuántos más van a venir? No, no entienden, no es que la miraba por mi pito. Sí, sí. Me bajo acá. Está bien”. Ma’ que muñeco de trapo. Tengo la cintura escapular que es un cascote. Bueno. A no pensar tanto. Distracción. Sí. Pero no me tengo que olvidar de mandarle las preguntas a Elorza para que las corrijas, transcribir la clase de Foniatría, preparar el práctico de Expresión Corporal, escribir la fonética de Francés, pensar en qué texto elijo para Locución, ir a la Biblioteca del Congreso a fotocopiar el diario del siglo pasado para Bosetti, leer Revolución Rusa. ¿Algo más? No. Nada. Creo. Jabonála. Al fin un poco de aire acondicionado. Pero Ceci dijo que hacía mal. “Mozo, ¿puede bajar un poquito el aire, por favor?”. ¿Qué puedo tomar? La Coca debe estar muy fría, el té muy caliente, el café me irrita, chocolate genera mucha saliva, alfajor de maicena me empasta la boca. A ver cómo estamos. A ver. Te-Ti-Tu-Ta-To. Sí. Ápico-dental. No está tan mal. No señora, ¿¡cómo le voy a estar sacando la lengua!? Soy un tipo grande, che. Tri-nitro-tolueno. Oto-rrino-narin-gólogo. Coca-Cola. Jabón-Ala. Fueguito. Lenin y los bolcheviques. Robespierre y los jacobinos. Revolución Industrial. Stalin, Trotsky, Lenin. ¿Dónde juegan? ¿Spartak o CSKA? Sí. Lombroso. Claro. ¿Dónde está el destornillador? Locos de la azotea. No esdrujulizar. Título y tres bajadas, para PIR. Sin título, para PIT. Con ritmo de maraca’ y de bongó. Observación. ¿Qué hacen los locutores? Béjart. Teoría de la Aguja Hipodérmica. A escondidas le decíamos el viejo. Me güí. Tualet. Parfé. Bonyú. Orvuá. Subime la cortina. Éter informa, primera edición. Tú no conoces aquel sitio dónde había robos y Arsenio Erico se iba con la Filcar hasta la estación del tren mientras estuve bañándome hasta muy tarde y el flaco Martínez presentaba la clase donde estaban los gorditos a los que no les iba tan mal y yo no sabía si él estaba o era yo soñando triste oscuro silencioso de tantos años huyendo y esperando a la locura como siempre tan loca. Saltó la térmica....................................... Fin de transmisión. La osowandísima madre que la parió. Hecho un trapo. Muñeco. Muñeco de trapo. Y todavía no terminó mayo.
jueves, 22 de mayo de 2008
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1 comentario:
te dije, ya somos amigos intimos.
intimiiiiiiiisisisimos.
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